En un artículo anterior comente una inmersión que se realiza en Calabardina (Águilas_Murcia) que es “La Joya de la Corona” tanto para iniciarse en la práctica del submarinismo, como para los ya iniciados y con experiencia, para disfrutar tranquilamente haciendo fotos sin necesidad de sumergirse muchos metros, este lugar es «La Cueva de la Virgen»
En esta ocasión, comentaré un tipo de inmersión que se denomina genéricamente “inmersión profunda” ya que se sobrepasan los 25 metros de profundidad y esto requiere algo más de experiencia en este deporte. En la práctica del buceo, es necesario controlar una serie de elementos propios del equipo de buceo: manómetro, profundímetro (actualmente estos controles se realizan mediante un ordenador de buceo que se lleva en la muñeca), chaleco hidrostático, linterna, llamador, control del aire de la botella, cinturón de plomos… Si a esto le añadimos un equipo de fotografía que dependiendo de su volumen puede ser más o menos incomodo de transportar, hace que las tareas de control durante la inmersión sean algo más complicadas ya que hay que dedicar la atención también en la elección de la configuración de la cámara para la toma de fotografías: composición, encuadre, luz, flash…etc.
El mundo de la fotografía subacuática no difiere tanto de la fotografía convencional o de superficie, en cuanto a los encuadres y estilos. Podemos hacer (con ciertas limitaciones) fotografía de paisaje, retrato, macro, etc…, utilizando las técnicas correctas y disponer de equipo mínimo adecuado. En el mundo submarino existen varias leyes físicas que nos afectan a nosotros y a nuestro equipo, pero las principales a tener en cuenta para la práctica de la fotografía son: Principio de Arquímedes (que afecta a la flotabilidad lo que dificulta la estabilidad del fotógrafo en el momento de hacer la fotografía), la visión subacuática (varia en distancia y tamaño, 1/3 más grande y 1/4 más cerca ), la falta de luz y la pérdida de colores.
«Pecio»
La inmersión de “Los Meros” es una de las inmersiones profundas (entre 30 y 39 metros) que se realiza en esta zona. El nombre es debido a que en este punto hay un gran número de meros de gran tamaño, aunque también podemos ver congrios y morenas de considerable tamaño, barracudas, etc. En este punto existen varios pecios (barcos hundidos) a un lado y otro de una línea rocosa que se encuentra a una profundidad de 20 metros, que divide dos zonas de gran profundidad en los que se refugian los animales y es verdadero placer visitarlos buscando esa fotografía que te alegra el día, que no siempre se consigue, pero igualmente se disfruta de la inmersión.
Como es preceptivo, el responsable del Centro de buceo La Almadraba, Diego Martínez, configura los grupos que van a realizar la inmersión y da las instrucciones necesarias a los jefes de grupo para para realizarla con las máximas garantías de seguridad y éxito.
Como de costumbre nos dirigimos a los barcos que nos trasladaran con los equipos comprobados y listos. El barco en superficie nunca se queda solo durante la inmersión, siempre se queda el patrón por si hubiera algún contratiempo o abandono antes de tiempo poder asistir a los buzos.
La dificultad en esta inmersión para la fotografía, es que apenas existen puntos de apoyo y si sumamos la movilidad de los sujetos, es el motivo por el que hay que controlar mucho la flotabilidad y configurar la cámara para disparos con alta velocidad de obturación y la apertura de diafragma adecuada cuando se dispara sin flash o iluminar con focos y/o flash.
«Mero»
En algunas ocasiones, los meros suben a “recibirnos” cuando nos encontramos a unos 20 metros de profundidad y nos acompañan durante la inmersión; es tal la impresión, que hace que durante unos momentos te olvides de todo, de la cámara de los controles….y te dediques a observarlos y disfrutar de unas sensaciones muy difíciles de describir cuando únicamente oyes el sonido de tu propia respiración en un entorno monocolor (azul) rodeado de estos habitantes de los fondos marinos y sintiéndote observado y vigilado en todos tus movimientos por lentos que estos sean.
«Mero»
El problema de estas inmersiones, es que debido a la profundidad, el tiempo de inmersión se reduce considerablemente, normalmente no sobrepasa de 25-30 minutos en el fondo y sumando el tiempo de bajada y el de descompresión, no suele sobrepasar de 45 o 50 minutos, es por lo que hay que aprovechar el tiempo al máximo.
«Tembladera»
Pasados los primeros momentos de fascinación y adaptación a la profundidad, es cuando decido comenzar los intentos de tomar instantáneas de estos “amigos” no sin guardar las debidas precauciones pues aunque aparentemente no son agresivos con nosotros, no dejan de ser animales salvajes que están en su medio y alguno podría sentirse agredido.
«Morena y Mero»
Las fotografías que ilustran este artículo, corresponden a dos inmersiones realizadas en el mismo punto.
«Barracudas»
En la foto del mero en azul, y aprovechando que un compañero le ha distraído aunque éste no deja de vigilarme atentamente, está tomada sin flash y esta es la visión de color que vemos normalmente en el fondo. En la siguiente fotografía, disparo con flash y se puede apreciar el color.
«Mano de muerto»
En la fotografía de un mero y una morena…casualidad!!! Se coló la morena que también quería salir en la foto con el consiguiente susto.
«Morena»
«Congrio»
Dimos un paseo por la zona en la que pude fotografiar un congrio, una tembladera en un covacho, que parecía estar esperando descendencia, una especie de coral que se llama “mano de muerto” y en el ascenso a superficie como colofón, nos encontramos con un banco de barracudas y un pez Luna….
«Pez Luna»
Antonio Martínez Rodríguez
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