MADRID 179 MADRID
Cubas de la Sagra es un municipio de la Comunidad de Madrid situado en la comarca conocida como “Los Llanos” en La Sagra.
Un paseo por Cubas nos descubre un pueblo limpio, tranquilo y con aires manchegos. Sus casas más antiguas están adscritas a la tipología tradicional rural, conocida como de “la Sagra madrileña” que consiste en casas con el tapial blanqueado, de uno o dos pisos bajo cubierta y teja árabe.
La denominación de “La Sagra” será añadida en el s. XIX, poniéndola en relación directa con la zona de La Sagra, comarca natural e histórica castellana que incluye localidades pertenecientes a las provincias de Toledo y Madrid. Este término procede del árabe “al-Saqra” que significa “campo cultivado”, aunque también podría estar relacionado con la “Puerta de la Bisagra” situada en Toledo, llamada por los romanos “Puerta de Vía Sacra” y más adelante por los árabes “Bib-xacra”.
Presenta un relieve poco accidentado en el que conviven zonas de olivar con campos ceralísticos y, en menor medida, encinas y almendros.
Entre las especies animales que lo habitan podemos destacar: calandria, avutarda, perdiz roja, abubilla, cigüeña, mochuelo, conejos y ratones de campo.
Hasta ahora la tradición oral de los habitantes de Cubas nos había hablado de su existencia durante la dominación árabe (s. X),
Gracias al reciente descubrimiento de restos arqueológicos en el Yacimiento Camino de Santa Juana, podemos afirmar que Cubas ya existía en época romana, e incluso se han hallado materiales pertenecientes a la Edad del Bronce.
Para mediados del siglo XIV, Cubas era una aldea de realengo y formaba parte del alfoz madrileño, siendo su dependencia administrativa del sexmo de Villaverde.
El primer dato documentado sobre Cubas que se conserva está fechado en 1208 y firmado por Alfonso VIII. En el que refiere la segregación de tierras de Segovia de las de Madrid entre las que se encontraban Cubas y Griñón.
Su primitivo nombre fue el de Fuentes Claras y en 1982 celebró el milenario de su fundación, que hicieron los árabes, siendo tomado para las armas castellanas por Alfonso VI en su marcha conquistadora hacia Toledo.
Enrique III el Doliente le concedió el privilegio de Villa, y fue uno de los más importantes de la comarca de la Sagra, llegando a tener por entonces hasta 1000 habitantes pero en 1445 Juan II regala la Villa a su pariente Don Luis de la Cerda, que la vende dos años más tarde a Alfonso Álvarez de Toledo. Los descendientes de este nuevo señor mantuvieron pleitos constantes entre el señorío y el Concejo de Madrid, de manera que tuvieron que intervenir los Reyes Católicos.
Luis de La Cerda y Rojas era señor de Villoria, de Castrillo, de Valtablado, de Ventosilla, de Cubas de la Sagra y de Griñón. Alcayde Mayor de Toledo, Señor de Escalona, y miembro del Consejo de Juan II de Castilla. Casó con Francisca de Castañeda, señora de La Palma.
En 1449 tuvieron lugar las apariciones de la Virgen a la pastorcita Inés. Primero se construyó una Ermita en el lugar y más tarde una casa para religiosas. Este hecho da fama al pueblo y atrae a numerosos visitantes a lo largo de los siglos.
Durante el siglo XV, al igual que los demás pueblos castellanos, Cubas participó de la Guerra de Granada, proporcionando hombres, dinero y suministros durante los diez años que duró ésta (1482-1492). En este siglo, el trazado urbano no estaría consolidado y sus principales edificios eran la Iglesia de San Andrés, una casa-palacio del señor de la villa y el Monasterio de Santa María de la Cruz, fundado en 1464 tras la aparición de la Virgen María.
Carlos I en su viaje al monasterio de Guadalupe, en Extremadura, pernoctó en esta villa, haciéndolo, según parece, en el convento de Santa Juana el 5 de abril de 1525.
A lo largo de los siguientes siglos, Cubas sigue siendo señorío, pasando a manos del Marqués de Povar, casado éste con la Marquesa de Malpica en el siglo XVII. También en este siglo, gracias a la donación de unas casas por el Doctor Sepúlveda, se funda el Convento de los Capuchinos.
Durante los siglos XVII y XVIII las epidemias, las guerras y la emigración hacen descender notablemente la población. Las reformas políticas y administrativas que traen la llegada de los Borbones, no ayudan a la población campesina que trabaja las tierras arrendadas de los señores y de la Iglesia.
En las Cortes de Cádiz se decreta la abolición de los señoríos convirtiendo a Cubas de la Sagra en un municipio libre. En 1808 las tropas francesas saquearon el pueblo y los edificios religiosos.
Sin embargo, no fueron los franceses los que más dañaron este monasterio, sino, los propios vecinos y los habitantes de los alrededores, quienes tras la retirada de los soldados galos se lanzaron a llevarse todo lo que aquellos habían dejado, incluyendo las vigas y los mármoles de los altares. No obstante, aún tendrían que llegar momentos peores para el monasterio. Sería en 1833, con el inicio de las leyes de desamortización, que si bien en este caso no significaron la expropiación del edificio, sí fue la de la mayoría de sus bienes, teniendo que conformarse las religiosas con vivir de los productos de su huerta y de las limosnas de los vecinos.
La población sigue disminuyendo, contabilizándose 240 habitantes en 1827, 238 habitantes en 1847, 253 habitantes en 1860 y 209 en 1887. Desde el punto de vista económico, sigue siendo la agricultura de cereales, vides y olivos, complementada por algo de frutas y de hortalizas, el principal sostén de la población. Hay algo de ganadería y la industria se reduce a la del pan, el vino y el aceite, junto a la de conservas cárnicas. Para mediados de siglo, el pueblo cuenta con cinco calles, 36 casas y una escuela de primaria.
Con la Desamortización de Mendizabal el convento de los Capuchinos desaparece y gran parte de lo que queda en la iglesia sale a subasta adquiriendo gran parte de ello, sobre todo la burguesía madrileña que venían al pueblo a pasar largas temporadas.
En 1862, la reina Isabel II concede el Marquesado de Cubas, sin vinculación al pueblo a María Blanca Fernández de Córdoba, siendo el actual Marqués de Cubas, Carlos Falcó y Fernández de Córdoba.
En el siglo XIX llegarán a Cubas apellidos nuevos por diferentes motivos. Entre ellos estará la familia Cassy, que llegará en estrecha relación con el mayorazgo del doctor don Francisco González de Sepúlveda (médico del Santo Oficio y de Felipe III, que ya donó las casas y terrenos para el convento de los Capuchinos en el siglo XVII).
El primer Cassy que vivió en Cubas fue don Gabriel Cassy y Magdalena, administrador de los bienes de la marquesa de Pozobueno, y heredera del mayorazgo del doctor Sepúlveda.
La marquesa era viuda y no tenía hijos, ya que éstos murieron jóvenes. Igualmente, Gabriel Cassy era viudo y tenía un hijo que, con el matrimonio de su padre con la marquesa, se convertiría en heredero efectivo de estos bienes.
En 1920 se establece una delegación de la Real Fábrica de Tapices que dará trabajo a la juventud hasta su cierre en 1936.
Llega el siglo XX y con él, tras su primer tercio, la Guerra Civil Española (1936-1939), que causaría en Cubas, al igual que en tantos otros lugares de la geografía española, sensibles daños en su trazado urbano. Así, el Monasterio de Santa María de la Cruz, tras ser saqueado y quemado en julio de 1936, fue utilizado en noviembre de ese mismo año por la escuela de carros de combate y anti-tanques que el Grupo Von Thomas del bando nacional, había instalado en el pueblo como blanco para sus prácticas de tiro.
En este siglo, Cubas sigue siendo un pueblo principalmente agrícola, pero empieza a llegar población de vacaciones y fin de semana.
A finales del siglo XX se inician las construcciones de urbanizaciones de viviendas unifamiliares modernas y comienza a llegar población joven.
He podido comprobar que aunque la población ha aumentado considerablemente, sigue siendo un pueblo apacible y tranquilo en el que se puede pasear sin prisa y hablando con los vecinos.
Durante mi visita y recorrido fotográfico pude hablar con varios vecinos, la mayoría eran parejas jóvenes con sus hijos de corta edad, paseando en uno de los parques que aquí existen.
Estos vecinos, me comentaban que es un pueblo en el que se puede disfrutar de las ventajas de vivir muy cerca de la naturaleza, sin estar demasiado lejos de las grandes ciudades, para los casos de necesidad de servicios que no disponen en estos pequeños municipios.
Madrid (31 Kms.) y Toledo (44 Kms.) se encuentran a muy corta distancia de Cubas de la Sagra.
Uno de los lugares de interés más importantes de Cubas de la Sagra lo hallamos en la Plaza de la Constitución: la Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol. Su origen mudéjar de finales del siglo XII o comienzos del XIII lo podemos todavía vislumbrar en su ábside, formando parte así del grupo de templos de este estilo arquitectónico de influencia toledana que se fueron construyendo por el Sur de Madrid durante la repoblación llevada a cabo tras la reconquista cristiana.
El ábside es el elemento más característico del templo. Realizado con ladrillo en estilo mudéjar, tiene planta poligonal y en él se pueden distinguir dos épocas distintas. Por una parte, la parte baja es el único resto conservado de la primitiva iglesia y se trata de un basamento semicircular hecho de mampostería en el que hay dibujados once caras; sobre éste, hay superpuestas dos bandas de arcos ciegos doblados, siendo los de la banda inferior de medio punto y los de la superior lobulados con herraduras túmidas. Por otra parte, la zona superior, construida en la etapa final del gótico, es decir, a finales del siglo XV o comienzos del XVI, es lisa y está hecha de ladrillo y mampostería. El ábside cuenta, además, a ambos lados, con sendos contrafuertes de ladrillo.
Junto al ábside de la iglesia de San Andrés, se encuentra el hermoso Parque de Doña Julia, inaugurado el 29 de marzo de 2000, en homenaje a Doña Julia Sánchez-Pardo Hermida, benefactora de la localidad.
Muy cerca de aquí, tenemos la Casa de los Zúñiga, realizada durante el primer tercio del siglo XX siguiendo el proyecto del arquitecto Daniel Zabala Aguilar. Su fábrica es de mampostería encalada con ladrillo utilizado en los refuerzos de las esquinas, las impostas, el zócalo y el recercado de los huecos. Las cubiertas, como en el resto de edificios, son de teja curva a varias aguas. Es una vivienda de dos plantas además de un sótano, que cuenta con un torreón pequeño ubicado en una de las esquinas de la fachada principal.
El Ayuntamiento de Cubas de la Sagra tiene por sede actual el que fuera Convento de Santa Catalina de Alejandría, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos. Los orígenes de éste se encuentran en el siglo XVII, en particular en el año 1618, cuando don Enrique Dávila y Guzmán, marqués de Povar y señor de Cubas y de Griñón, decide fundar y ser patrono de un nuevo espacio conventual que se encargarían de levantar, dados sus contactos en Madrid con esta Orden Franciscana, los Padres Capuchinos. La petición del marqués fue atendida positivamente, en lo cual tuvo seguramente que ver la disposición geográfica de Cubas de la Sagra, población emplazada cerca de Madrid y de Toledo, de quienes, respectivamente, dependía administrativa y eclesiásticamente.
Los capuchinos llegaron a Cubas en 1619 y se instalaron en unas casas que, para ello, les donó el ilustre vecino don Francisco González de Sepúlveda, médico del Santo Oficio y de S.M. Felipe III. Estas casas, de las que tomaron posesión el 3 de febrero de ese mismo año, contaban con alojamientos, tanto en la planta alta como en la baja, y con bodega y cuevas, además de una huerta, un olivar y varias fanegas para el cultivo de secano que estaban dotadas de un caño de agua.
El edificio conocido como La Torrecilla, situado sobre un terreno que parte del Convento de los Capuchinos, fue construido entre finales del siglo XIX y principios del XX por el arquitecto Daniel Zabala Álvarez. Tanto su planta como sus fachadas tienen carácter irregular, pudiendo dividirse en hasta cuatro cuerpos diferentes.
A muy pocos metros de aquí nos encontramos con la llamada Casa Zabala. Con una planta en forma de «Y» y realizada en estilo neomudéjar, fue construida en el año 1898 por el arquitecto Daniel Zabala Álvarez para sí mismo como segunda residencia, estando hoy ocupada por un negocio de restauración. Cuenta con dos plantas, donde se reparten las estancias principales, un sótano situado en parte de la zona Norte y un torreón que se alza en el centro del edificio. La fachada principal tiene forma de chaflán hacia la calle. Presenta un porche al que se accede por medio de una escalera de dos tramos opuestos entre sí con una baranda de metal y una fuente ornamental; el porche queda sostenido por pies derechos de fundición y se cubre por una estructura de vigas y un tablero de madera.
El último ejemplo de villa que veremos en el recorrido por Cubas de la Sagra será la llamada Casa Tejas Viejas, antigua Santa Rosalía. Su construcción tuvo lugar a comienzos del siglo XX siguiendo un proyecto del arquitecto Daniel Zabala Aguilar por encargo del político y abogado Ángel Ossorio y Gallardo, quien la utilizaría como residencia de recreo en la que pasar los veranos.
“Aproximadamente un kilómetro y medio de distancia de la Plaza de la Constitución, se encuentra el Monasterio y Santuario de Santa María de la Cruz y la Santa Juana, construido en la década de los años 50 del pasado siglo XX sobre las ruinas del antiguo monasterio original, del siglo XV, que había sido destruido durante la Guerra Civil Española. No obstante, no fue destruido todo por completo, habiéndose recuperado la cripta original donde se encuentra el punto exacto en el que la Virgen María clavó una cruz en el terreno, expresando su voluntad de que allí le construyeran una iglesia, según el testimonio de la pastora Inés, a quien se le apareció la Virgen en el siglo XV.
Esta niña, Inés, hija de Alfonso Martínez, el herrero de Cubas, había sacado los cerdos a pastar y se le apareció una señora lujosamente vestida y envuelta en un resplandor que la felicitó por su gran fe, encomendándole que avisase a sus vecinos de que debían confesarse porque se avecinaba una epidemia de peste que causaría muchos muertos.
La niña no dijo nada de esto a nadie y al día siguiente se le volvió a aparecer la señora recriminándola por no haber cumplido su encargo. Inés se lo contó entonces a su padre, pero éste no la tomó en serio, por lo que volvió a aparecer la Virgen y, para que creyeran a la niña, le cogió la mano cruzándole los dedos índice y pulgar en forma de una cruz que nadie pudo deshacer. Ante esta situación, el pueblo comenzó a creer en el milagro y marchó en procesión hasta el lugar donde la Virgen había clavado una cruz, penetrando con ella hasta una cuarta de profundidad en el duro terreno, pidiéndoles que le construyeran allí una iglesia bajo la advocación de Santa María.
La Virgen encomendó a Inés que fuera hasta Guadalajara con cuatro libras de cera para curar su mano en dos días, como así sucedió. Ante todos estos testimonios, el Arzobispado autorizó la construcción de una iglesia bajo la advocación de Santa María de la Cruz, algo que así hicieron los cuberos ayudados por fieles llegados desde diversos lugares.
Aunque inicialmente se pensó en levantar un pequeño santuario, fue tal la sucesión de milagros y el interés que despertaba su construcción en los creyentes que al final se decidió levantar un beaterio en 1464, del que formó parte, durante cierto tiempo, Inés. A finales de este mismo siglo, ingresó en él la novicia Juana Vázquez Gutiérrez, más conocida como la Santa Juana, la cual, aclamada por el pueblo como santa y doctora, tras haber tenido varios procesos para ser declarada santa que no prosperaron, ha sido recientemente declarada como Venerable Sierva de Dios por S.S. el Papa Francisco I, un primer paso en su canonización”.
Lourdes Morales Farfán . Licenciada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos.
El 9 de marzo se celebra Feria de «Santa Juana», muy conocido en Cubas y sus pueblos vecinos. Los cuberos y numerosos visitantes acuden al convento de Santa María de la Cruz, llamado popularmente convento de Santa Juana, para disfrutar de un día de campo y comprar las famosas rosquillas elaboradas por las monjas.
Entre las calles Villanueva de Córdoba y Pozoblanco, se encuentra el Pinar Municipal, formado por pinos piñoneros plantados a finales de los años 50 y que constituye uno de los varios pulmones verdes con que cuenta la ciudad. En su vértice Sudeste, se levanta la pequeña Ermita de la Virgen de la Luna.
El segundo domingo de mayo, se celebra en “Los Pinos” una romería cordobesa, “Romería de la Virgen de la Luna”. Hace unos años vecinos de Madrid que añoraban sus pueblos de origen, Pozo Blanco y Villanueva de Córdoba, vieron la posibilidad de celebrar en Cubas esta romería en honor de la patrona de ambos municipios cordobeses. Desde entonces Cubas participa de esta fiesta en la que los romeros cantan y bailan a la “Virgen de Luna”.
San Blas es el patrón de Cubas desde 1768. Según cuentan las historias en el siglo XVI el Santo se le apareció a un agricultor y se acordó la construcción de una ermita en su honor, que desgraciadamente no ha llegado hasta nuestros días.
Se celebra el 3 de febrero. En este día son típicas las roscas de dulce y las roscas de cera que la Hermandad proporciona en la plaza.
En la “Fiesta de las Flores” el último fin de semana de mayo, las mujeres toman el mando. El Alcalde, hace entrega del bastón de mando a la Presidenta de la Hermandad de la Virgen del Amor Hermoso. Esta Hermandad se encarga de organizar bailes, juegos y una comida para disfrute de todos los vecinos.
El segundo fin de semana de septiembre Cubas celebra las fiestas del “Santísimo Cristo de la Esperanza”.
Una semana llena de alegría gracias a los cuberos y a las peñas que visten de color las calles.
FOTOGRAFÍA: Antonio Martínez Rodriguez
REFERENCIA DOCUMENTAL:
Página web del Ayuntamiento de Cubas de la Sagra
www.unaventanadesdemadrid.com (Lourdes Morales Farfán . Licenciada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos.)
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