MADRID 179 MADRID
Morata de Tajuña se sitúa en el sureste de la Comunidad de Madrid, en el valle del río Tajuña en su curso bajo, a unos 36 kms de distancia de la capital de la Comunidad.
Lo que hoy conocemos como Morata se remonta al momento en que algunas tribus como los carpetanos decidieron habitar este lugar. El historiador Jesús Antonio de la Torre Briceño en “Historia de la Villa de Morata” recoge que posteriormente y antes de la presencia de los moros, civilizaciones como la romana, fueron visitantes habituales de estas tierras en las que levantaron algunas de sus villas, para iniciar una explotación racional agropecuaria de un territorio favorecido por la cercanía del río Tajuña.
De este momento de presencia romana, quedan restos arqueológicos en los alrededores de Morata hasta que otros pueblos ocuparon su lugar. El primer documento histórico sobre el valle del Tajuña, nos llega de la mano de Plutarco en la narración de la batalla entre los romanos y los caracitanos que defendían la mítica Caracca que se presume era el Risco de las Cuevas de Perales de Tajuña.
Tras la conquista de este lugar, la romanización se hace definitiva en Morata con la posible construcción de una villa romana sobre el río. Los restos de pavimentos y fragmentos de cerámicas encontrados aquí, se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional.
Existen varias versiones sobre el origen del nombre. En las Relaciones Topográficas de Felipe II hablan del origen: “…que la dicha villa de Morata, se llama así de tiempo inmemorial a esta parte sin que haya habido memoria alguna de cuando empezó llamarse así, pero que se presume llamarse Morata o porque había en su término muchas moreras y morales, por ser tierra dispuesta para ello de tener mucho riego, y así hay al presente morales muy antiguos, y se dice haber habido antes más, y también podría haberse llamado así según se presume y se tiene por más cierto después que los moros entraron en España, porque de este nombre Morata se llamaron algunos moros, y así consta en la historia que se escribió de la guerra de Malta, que un moro principal de la armada del turco se llamaba Morata, y, así se presume, que cuando los moros ganaron a España algún moro habría que fuese señor de Morata del cual tomase el nombre…”
Jiménez de Gregorio, historiador (1911-2012) propone otro origen apoyándose en el mismo documento que habla de los muros de un antiguo castillo derruido en el siglo XVI.
Además del mencionado castillo, las Relaciones Topográficas mencionan una serie de inscripciones romanas encontradas en diferentes puntos del municipio, en una de ellas aparece el antiguo nombre latino, Licinia, que se ha tomado para el actual escudo. Durante mucho tiempo se creyó que Morata era conocida con este nombre pero, parece ser que en realidad es un nombre de mujer inscrito en una estela funeraria.
Este asentamiento según se recoge en las Relaciones Topográficas, tomó forma definitiva con la reconquista y posterior repoblación que por decisión real correspondió al arzobispado de Toledo que ejerció su señorío sobre Morata Hasta 1333 cuando Alfonso XI vendió el término a uno de sus camareros D. Juan Puerto Carreño y a su mujer Dª. Marina Alonso.
Posteriormente a este señorío, la villa volvió a manos del arzobispado “…mucho tiempo y que en 1574 Su Majestad trató de vender la dicha villa por virtud del breve que para ello tiene de Su Santidad, y la dicha villa se compró y quedó con entera jurisdicción, no reconociendo por señor sino a su Majestad, y al Concejo Real Chancillería de Valladolid por superior en grado de apelación conocen de sus causas y sus negocios….”.
En el siglo XVIII, en las Relaciones de Lorenzana nos encontramos de nuevo Morata en manos de un señor, el Marqués de Astorga y Conde de Altamira que nombraba alcalde mayor. Tanto Madoz a mediados del siglo XIX como Marín a finales de este mismo siglo, hablan de la suntuosidad del palacio del Conde de Altamira, aunque en la fecha de ambos documentos, esta familia ya no ejercía el señorío en Morata de Tajuña. En estos momentos, la economía dependía fundamentalmente de una agricultura que tenía su mercado natural en la cercana capital, aunque también aparecieron algunos intentos de desarrollar una incipiente actividad industrial con la explotación de algunas canteras explotadas por compañías cementeras y los derivados de productos agrarios.
Tras la guerra de la Independencia, Morata recibe con alborozo la constitución de 1812 y la abolición de los señoríos y, aunque sigue siendo una población agrícola, la villa ve también cómo de nuevo el entorno del Tajuña es el epicentro de un cierto proceso industrializador con la instalación en Morata de una fábrica de papel muy importante. Marín a finales del siglo XIX dice que: “esta magnífica fábrica estaba valorada en 1.500.000 pesetas, funcionaba aprovechando las aguas del Tajuña y trabajaban en ella más de 150 operarios”
La Guerra de Sucesión fue especialmente trágica para Morata que vio como las tropas del archiduque Carlos de Austria saquearon y arrasaron con todo a su paso por el pueblo.
Una vez instalados los Borbones en el trono, el VI Señor de Morata proclamó el Auto de Buen Gobierno, un conjunto de 51 normas que regulaban aspectos de carácter social y económico en la vida de los morateños.
Los bandoleros del Tajuña, conocidos como los Robin Hood españoles, surgen durante el caos que existía durante el reinado de Amadeo I de Saboya y la Primera República a finales del siglo XIX.
Siguiendo los pasos del mítico Luis Candelas, que supuestamente era originario de Perales de Tajuña, cuadrillas como la del Capellán de Valdilecha, atemorizaban las diligencias que comunicaban el valle del Tajuña, desde sus refugios de las cuevas de Morata. La idea de que robaban a los ricos para dárselo a los pobres, aunque no era del todo cierto, creó una idealización por la mentalidad del Romanticismo, convirtiéndolos en héroes por parte del pueblo.
El hito que marca la entrada en el siglo XX, fue la apertura del ferrocarril en 1901. Con este avance, llega también la posibilidad de explotar los recursos agrícolas e industriales del municipio de una forma más garantista y poco a poco, se irá incrementando la actividad económica en el municipio. Como dato curioso, el marqués de Benalúa traería el primer automóvil.
Estos inicios de avance económico, se verán fustrados por la sangrienta y destructora Guerra Civil que a raíz de la cruel Batalla del Jarama, deja las tierras de Morata sembradas de desolación, dejando al paso de la infantería, los carros blindados y la aviación, miles de muertos que solo sirvió para alargar la guerra ante la estoica defensa de los republicanos, que impidieron a los rebeldes conquistar Madrid por el sureste.
Una de las muchas pastelerías que hay en Morata en la que se despachan las ricas y famosas «palmeritas de Morata»
Para conocer más sobre la Historia de Morata recomiendo el libro de Agustín Miranzo Sánchez-Bravo ‘Documentos Históricos de Morata de Tajuña’. También se puede ver toda la información en su blog: http://historiamorata.blogspot.com/p/inicio.html
LUGARES DE INTERÉS
Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Concepción
Se trata de un templo renacentista construido en el siglo XVI, de una sola nave con capillas laterales y torre de dos cuerpos.
Las Relaciones Topográficas hablan de una cajita con reliquias de San Blas y de otros santos que se conservaban en la iglesia.
Edificio del Ayuntamiento
Es un bonito edificio construido en 1897, aunque la torre se levantó después, en los años siguientes a la guerra civil, como se señala en el reloj.
La fachada tiene dos alturas, con pilares de piedra en la parte baja que soportan la balconada. Fue reconstruida en 1986 conservando su carácter.
En el momento del recorrido fotográfico, la plaza se encontraba en obras de rehabilitación y mejora.
Ermita de Nuestra Sra. de la Antigua
Se cuenta que esta ermita se levantó bajo la advocación de San Sebastián, pero que un día alguien trajo a la Virgen y allí se quedó. La leyenda cuenta que durante un septiembre del siglo pasado hubo una enorme tormenta que asoló campos y casas y que cuando terminó, el Conde de Altamira salió con su nieto a ver los desperfectos ocasionados en la entonces Ermita de San Sebastián.
Mientras comprobaban los daños, el niño llegó gritando con una figura de barro que había encontrado entre los matorrales, ´esta imagen era la Virgen para la que rápidamente se levantó un pequeño altar en la ermita, alcanzando en poco tiempo tanta devoción, que no tardó en convertirse en la patrona de Morata.
Ermita de la Virgen de Fátima
En dirección al vecino pueblo de Perales, frente al cementerio municipal, se encuentra ésta otra ermita. Es de construcción mucho más austera y cercana a la arquitectura popular, pero no exenta de una belleza particular, es una ermita muy bien conservada. Este templo está datado en el siglo XVII.
Tuvo doble adscripción (Vírgenes de Soledad y Fátima), desde tiempos de posguerra. Hasta la Guerra Civil, en su retablo se veneraban las imágenes de Ntra. Sra. de la Soledad, el Cristo de la Vega y Ntra. Sra. de las Nieves.
Santo Cristo de la Sala
Está totalmente integrada en el núcleo urbano, se sitúa en la calle a la que da su nombre, muy cercana a la iglesia.
Su origen tiene que ver con una curiosa leyenda sin fecha. Esta leyenda, habla de un vagabundo que se paró a dormir en la antigua yesería donde muchos viajeros se refugiaban para pasar la noche, esta yesería estaba en lo que hoy es el oratorio de la ermita; antes de dormir, aquel hombre pintó en una pared un Cristo para rezarle. Al llegar los trabajadores al día siguiente, borraron la imagen, pero ésta volvió a surgir. Repitieron la acción, pero la imagen no desaparecía, por lo que los lugareños decidieron edificar en el lugar la ermita que encontramos en nuestros días.
Acequias y “Caces”
A lo largo de los siglos el pueblo de Morata ha podido mantener una notable relación con su medio ambiente natural, el entorno de la vega del Tajuña, construyendo una red de canalizaciones y acequias llamadas “caces” que aún hoy son visibles y se mantienen en uso. De hecho, fueron tan útiles, que fueron parte del sistema de abastecimiento de aguas par el consumo de los vecinos del pueblo hasta los años 90 del siglo XX.
Molinos del Río Tajuña
Vestigios de épocas de máximo rendimiento pueden ser, en la actualidad, tanto el Molino de la Isla del Taray, hoy parte de una propiedad privada que transformó el lugar en residencia asistida de la tercera edad, como el Molino de la Huerta de Angulo, convertido en museo exponente de la molinería en el río Tajuña.
En el parque que rodea al Molino-Museo de la Huerta del Angulo existe una zona de recreo en la que se encuentra esta y otras placas conmemorativas de los «quintos» de varios años.
Edificio de la familia Mac-Crohón
Este bello edificio construido entre 1881 y 1882 preside la Plaza de la Cultura de Morata. En la actualidad es una de las sedes de la Obra Social de Caja Madrid (Bankia). Construida por una orden religiosa, se le encargó al mismo arquitecto que el Molino de la Huerta de Angulo, tras la Desarmortización de Mendizabal fue adquirido por una de las familias más nobles de la historia de Morata. Los Mac-Crohón.
Fue de uso exclusivamente privado por la familia hasta la terrible Guerra Civil, será entonces cuando la casa se habilite como Hospital de Sangre; y desde entonces el edificio no ha cesado de dotar al pueblo de múltiples servicios, como las escuelas municipales en la posguerra, o para albergar también las viviendas de los maestros.
Pilón y Fuentes Monumentales
Antes de que Morata contara con una red de abastecimiento de agua para todos sus habitantes, muchas fueron las fuentes que se hallaban en la localidad, que servían tanto para el consumo humano, como para los animales domésticos y el ganado
. De entre todas las que se conservan en la actualidad en funcionamiento, es sin lugar a dudas el Pilón, situado en la calle Real, la más emblemática y querida por los morateños. Una fuente que desde que se construyera, ha sido y es testigo de cada paso de la historia de la localidad.
. El resto de las fuentes monumentales han ido variando bien de función, bien en la forma externa u ornamentación con el paso de los tiempos.
Una vecina me informa de que este edificio lleva muchos años sin uso y que se trata de las antiguas caballerizas.
Frente a la Ermita de Ntra. Sra. de la Antigua se encuentra esta fabrica de aceite totalmente en ruinas y muy cerca de aquí, todos los viernes instalan el mercadillo ambulante.
Ruta Exterior Norte. Vía Verde del Tajuña
La Vía Verde del Tajuña se creó en 1999, suponiendo la primera de este tipo creada en la Comunidad de Madrid. 49 kilómetros que recorren la gran parte de la vega del Tajuña, pasando por pueblos como Carabaña, Ambite o Perales de Tajuña, aparte de por supuesto, Morata. Creada con asfalto de vía ciclista, ofrece unas condiciones para la práctica del ciclismo inmejorables. Cerrada al tráfico, con zonas de descanso repartidas por el recorrido y un trazado de dos carriles espaciosos y anchos para la perfecta circulación.
Ruta Exterior Sur. La Vega
Pulmón y savia de Morata, la vega del Tajuña ha sido desde siempre el contacto con la naturaleza establecido por el pueblo. De su vega se ha servido para aprovechar las aguas del río y labrar la tierra en busca de múltiples productos, y se sigue aprovechando también para tomarse un descanso, o como lugar de paseo y recreo. Por ello planteamos un recorrido completo y plenamente satisfactorio, así como el más sencillo de seguir.
Batalla del Jarama (Asociación TAJAR)
Los integrantes de Tajar componen un mosaico multidisciplinar en el que encontramos expertos investigadores de archivo, grandes conocedores de la historia y curtidos exploradores de campo. Tratan de dar a conocer y lograr el reconocimiento de los restos de una batalla fundamental tanto en la Guerra Civil, como en la historia militar mundial, por ser el primer conflicto bélico en el que las tropas de infantería actúan coordinadamente junto con la artillería, la aviación y los carros de combate.
CELEBRACIONES Y FIESTAS
Es sin duda la Semana Santa de Morata de Tajuña una de las más destacadas y visitadas de la Comunidad de Madrid, con actos desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Pascua.
Destaca la representación de la Pasión Viviente de Jesús, que se realiza desde el Jueves Santo de 1987. Declarada de Interés Turístico desde el año 2001, cuenta además con la Bendición Apostólica de Su Santidad para todos los actores y colaboradores, así como para los visitantes que cada Jueves Santo se acercan a la villa de Morata.
. El origen de esta representación por las calles y plazas, está en los antiguos Autos Sacramentales que ya desde el Siglo XVII narraban para los vecinos las historias de la vida de Jesús y de los santos, verdaderas catequesis que mantenían.
En la Ermita de Ntra. Sra. de la Antigua, podemos ver fotografías de distintos momentos de la Pasión Viviente de Jesús representada por vecinos de Morata de Tajuña.
San Isidro Labrador
El patrón de Morata es San Isidro Labrador desde mediados del Siglo XX, al que se le tenía ya gran devoción al ser protector de agricultores y de sus cosechas. La imagen del Santo está en una de las capillas laterales del Templo Parroquial, imagen que sale en romería cada 15 de Mayo hasta el paraje de El Bosque, al norte de la villa, donde está su Ermita y donde se celebra la Santa Misa. Ese día tienen lugar un buen número de actividades organizadas por la Hermandad de San Isidro y San Antón y por el Ayuntamiento de Morata, destacando el concurso de tractores, actos deportivos, o la subasta de productos agrícolas en benéfico de la Hermandad.
Fiestas Patronales:
Las Fiestas Patronales de Morata de Tajuña, se cuentan entre las más antiguas de la Comunidad de Madrid. Inicialmente, Morata tenía como patrones a San Sebastián y a San Agustín, y fueron sustituidos por la Virgen de la Antigua, actual Patrona, Madre y Alcaldesa de la villa. Estas Fiestas se celebran en la Natividad de María, cada 8 de Septiembre. Comienzan las celebraciones el último domingo de Agosto, con la subida de la imagen de la Virgen desde su ermita a la iglesia, iniciándose después la Solemne Novena en su honor.
Los Mayos
La Tradición de los Mayos se celebra desde hace muchos siglos en Morata de Tajuña, cada 30 de Abril. El Mayo es el árbol, normalmente un álamo, que antiguamente colocaban los quintos que ese año eran llamados a filas, antes en la Plaza Mayor, ahora en los aledaños de la ermita de la Virgen de la Antigua. En la actualidad se encargan de mantener la tradición de árbol del mayo los jóvenes que cumplen su mayoría de edad. En otros tiempos, los jóvenes escalaban los balcones y ventanas de las mozas, para allí poner una rama y representar que les gustaban. También se iba a cantar a casa del Alcalde y posteriormente a la Ermita, a cantarle los Mayos a la Virgen de la Antigua. Actualmente, se hace un paseo de ronda desde la Plaza Mayor a la Ermita, por parte de la Rondalla Morateña y del Grupo de los Mayos, que mantienen la tradición entre Feria del Olivar y Productos Agrícolas de la Zona.
REFERENCIA DOCUMENTAL:
Arganda, Chinchón y la Vega del Tajuña (Documadrid)
Conse¡ería de Educación y Cultura
Comunidad de Madrid
Web del Ayuntamiento de Morata de Tajuña
Guía turística editada por el Ayuntamiento de Morata de Tajuña
FOTOGRAFÍA:
Antonio Martínez Rodríguez
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